Edgardo Castillo
es un joven chileno de 24 años, que ha sido un ejemplo de constancia, ganas y
lucha para superar los obstáculos que se le han presentado en la vida.
Edgardo es
uno de los miles de chilenos que se encuentran en situación de discapacidad
intelectual, razón por la cual le han cerrado varias puertas para poder optar a
un trabajo y desarrollarse laboralmente como cualquier persona. Sin embargo,
lejos de desanimarse, esto fue motivo para seguir luchando, lo cual finalmente
tuvo su recompensa: desde hace tres semanas que Edgardo es parte del supermercado
Jumbo de La Serena, donde se desempeña como aprendiz de panadería.
Con el apoyo de Fundación Coanil, institución que atiende a miles de personas en situación de discapacidad intelectual a lo largo de todo Chile, Edgardo obtuvo una preparación adecuada para poder insertarse en el mundo laboral, lo cual finalmente lo llevó a cumplir su sueño de poder ingresar a un empleo estable.
Edgardo,
amante de la música, pertenece a la Escuela de Coanil en La Serena, en la cual
inició su proceso de capacitación en marzo de este año, proveniente desde la
Escuela de Coanil en Vallenar, en donde adquirió experiencia laboral,
ejecutando prácticas laborales como reponedor en un minimarket y auxiliar de
cocina en un restaurante.
“Nuestro Centro
de Capacitación Laboral, durante muchos años ha trabajado el modelo de “Empleo
con Apoyo”, en el cual se entregan las herramientas para lograr una buena
inclusión laboral”, sostiene Ana Riveros, directora de Coanil en La Serena.
Riveros,
agrega que: “Coanil y el Centro de Capacitación Laboral han realizado cursos de
especialización con nuestros jóvenes, lo cual ha sido bastante significativo
porque hemos explorado algunos puestos de trabajo donde nos dimos cuenta de que
nuestros usuarios responden de forma muy eficiente y demuestran la capacidad
que han desarrollado de trabajar con autodeterminación”.
“Edgardo se levanta
todos los días a las 6 de la mañana, yo lo tengo que estar retando porque es
muy temprano, es un joven muy activo”, cuenta su madre Ester de Jesús Paredes, quien
se muestra muy agradecida de la gestión que ha hecho Fundación Coanil para que
Edgardo tenga hoy un trabajo: “gracias al apoyo de Coanil que mi hijo ahora se
encuentra trabajando y está muy feliz” agrega.
Respecto a la
adaptación de Edgardo en su trabajo, María José Araya, encargada de turno en la
sección de Panadería de Jumbo La Serena y quien ve de cerca todos los avances
del joven día a día, sostiene que “su adaptación ha sido súper buena,
evoluciona muy rápido. Capta muy bien las instrucciones, maneja bien los
tiempos y tiende a hacer preguntas específicas, para saber bien qué es lo que tiene
que hacer”.
Araya revela
la gran enseñanza que les ha entregado Edgardo: “Nos ha demostrado que cuando
hay ganas todo se puede hacer, más allá de cualquier discapacidad”.
“Nunca había visto a mi hijo tan contento”, afirma orgullosa su madre.