Comunales
Estudiantes de Enfermería de la Universidad de La Serena finalizan diagnóstico participativo en la localidad de El Romero
En la localidad de El Romero, estudiantes de Enfermería de la Universidad de La Serena culminaron una serie de actividades en el Club del Adulto Mayor “San Antonio”, como parte de la asignatura Comunitaria II, la cual promueve un diagnóstico participativo en terreno. Las acciones, supervisadas por las académicas Natalia Prado e Ingrid Muller, estuvieron orientadas a identificar las principales necesidades de la comunidad, con el fin de desarrollar intervenciones conjuntas que respondan a sus requerimientos.
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En la localidad de El Romero, estudiantes de Enfermería de la Universidad de La Serena culminaron una serie de actividades en el Club del Adulto Mayor “San Antonio”, como parte de la asignatura Comunitaria II, la cual promueve un diagnóstico participativo en terreno. Las acciones, supervisadas por las académicas Natalia Prado e Ingrid Muller, estuvieron orientadas a identificar las principales necesidades de la comunidad, con el fin de desarrollar intervenciones conjuntas que respondan a sus requerimientos.
Estas actividades se enmarcan en el Proyecto Salud USerena 2395, ejecutado por la Dirección de Vinculación con el Medio y Extensión de la Universidad de La Serena y financiado por el Ministerio de Educación, que busca fomentar el desarrollo comunitario a través de iniciativas de salud y bienestar en diversas localidades.
En este contexto, Natalia Prado, académica a cargo, explicó que “se evalúa la aplicación de este diagnóstico, el proceso y las diferentes etapas más teóricas del trabajo comunitario. Sin embargo, también se consideran aspectos actitudinales, trabajo en equipo y la capacidad de resolver problemas, porque estamos en un espacio distinto al aula, donde se pueden generar diferentes escenarios que deben resolver”.
El grupo de estudiantes realizó su primera visita el 26 de septiembre, llevando a cabo dinámicas como “la araña”, una actividad en la que, lanzando una pelota de lana, cada persona nombra a otra y menciona una característica, con el objetivo de fomentar el conocimiento mutuo y fortalecer el vínculo con la comunidad. También aplicaron juegos de memoria, como recordar figuras, ejercicio físico, entre otros. Estas actividades se realizaron cada jueves, culminando ayer, 23 de octubre, con una última intervención enfocada en la plantación de semillas, donde las participantes utilizaron palas y tierra, trabajando de manera colectiva en un espacio de alegría y confianza.
En esta jornada final, se sumaron estudiantes de Odontología, quienes ofrecieron información sobre el cuidado de prótesis dentales y proporcionaron kits de higiene especialmente pensados para este fin. Además, durante estas semanas, se entregaron bandas elásticas, protectores solares y toallitas húmedas, complementando las actividades con recursos que faciliten el autocuidado y promuevan la salud en diversos aspectos de la vida cotidiana de las personas mayores.
El apoyo y la participación de las integrantes del Club del Adulto Mayor fueron fundamentales para el éxito de estas actividades. Al respecto, Patricia Balcázar, secretaria del grupo, destacó la importancia de la iniciativa: “Me parece fantástico. Nosotras, como adultos mayores, necesitamos el apoyo de gente joven que nos motive a seguir activos. Salimos de casa una vez a la semana y poder reunirnos todos los jueves nos ayuda a relajarnos, a reducir el estrés y a compartir nuestras experiencias. Mientras exista este espacio, siempre será beneficioso para nosotras”, señaló Balcázar.
Por su parte, Ercilla Piñones, de 86 años, también valoró estas instancias: “Nos hacía mucha falta, porque en casa uno se aburre. Yo espero con ansias el jueves para estar aquí; lo que hacen las enfermeras es muy bueno. Me encanta, porque aunque yo no estudié, he aprendido mucho gracias a mis hijos, y ahora estoy aprendiendo más acá”, comentó.
Francisca Pino, estudiante de Enfermería, resaltó el fuerte vínculo emocional generado durante el trabajo en el Club del Adulto Mayor: “Me pareció espectacular. Nunca esperé que una práctica generara un vínculo tan profundo, al punto de llegar a llorar junto a las usuarias del club. Fue una experiencia muy linda, donde hubo un compromiso y un trabajo en equipo excepcional junto a mis compañeras y profesoras”, compartió.
Para concluir el ciclo de actividades, las estudiantes entregaron un presente a la comunidad: un cuadro con fotografías que capturaron los momentos vividos en cada jornada. En un cierre emotivo, las integrantes del club también obsequiaron un recuerdo a las alumnas, quienes, visiblemente conmovidas, agradecieron la experiencia y el lazo creado con la comunidad.
Estas acciones reflejan el compromiso de la Universidad de La Serena con el desarrollo comunitario y el enfoque en la formación integral de sus estudiantes, reforzando el vínculo entre la institución y la comunidad local.
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